viernes, 15 de junio de 2012

Vanguardismo

Aunque la tendencia social en literatura predomina hasta bien entrada la cuarta década del siglo, hacia 1930 en Hispano-americana, van surgiendo nuevas corrientes expresivas así aparece el vanguardismo. En las corrientes vanguardistas se rechaza el criterio documental o realista de la novela regionalista y se asimilan tendencias procedentes de los experimentos líricos de los escritores de Europa. Con el advenimiento del Romanticismo, que surgió como impulso opuesto al neoclasicismo, marcó la radical ruptura con las reglas clásicas. En esos momentos se empieza a reconocer la estrechez de los tres géneros tradicionales (épico, lírico y dramático) que no alcanzan a explicar la naturaleza de los nuevos y cambiantes textos -y sus interacciones cada vez más arriesgadas- que se instauran como clasificaciones más eficaces; los de poesía cuento, novela testimonio, canción.

  1. La narrativa vanguardista traslada su escenario al ámbito urbano o cosmopolita.
  2. Se orienta hacia la indagación del yo, especialmente estimulada por los descubrimientos de la psicología moderna con la importancia dada al subconsciente por el psicoanálisis.
  3. Sigue corrientes filosóficas como el existencialismo que analizan la situación del ser humano en un mundo absurdo y angustiante.
  4. En el plano formal, incorpora los recursos renovadores de los grandes maestros de la narrativa contemporánea (William Faulkner, James Joyce, Kafka, Virginia Wolf y Marcel Proust).
  5. En Latinoamérica -sin olvidar la labor de pioneros realizada por autores como Miguel Ángel Asturias, Agustín Yánez, Juan Rulfo, Juan Carlos Onetti, Alejo Carpentier, Ernesto Sábato. La literatura, en la década de los sesentas, salta al plano universal con el surgimiento y consolidación del boom: Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes, Mario Vargas Llosa. Con estos y otros nombres asistimos al alzamiento de la novelística latinoamericana, en pie de igualdad, con las demás literaturas del mundo.
  6. Sus temas son universales, con estructura novedosa y contenidos que van de lo personal a lo fantástico que irrumpe en la narrativa.
  7. La preocupación de los autores no es solamente estilística; se interesan en crear nuevas estructuras y hay un gran afán experimental.
  8. Aparecen tratamientos nuevos del lenguaje.
  9. Surgen juegos con el tiempo y con el espacio.
  10. Se da expresión a los problemas intelectuales del hombre y se escudriña la infra conciencia humana.
  11. Lo telúrico puede seguir presentándose pero se le da un tratamiento diferente al tradicional (énfasis en los conflictos anímicos, presencia de matices surrealistas, presentaciones cubistas, influjo cinematográfico, etc.).
Dentro de las corrientes vanguardistas, los ismos surgieron como propuesta contraria a supuestas corrientes envejecidas y propusieron innovaciones radicales de contenido, lenguaje y actitud vital. Entre ellos se encuentran los siguientes:

Impresionismo: no fue propiamente un ismo de vanguardia, sino un antecedente contra el que reaccionaron los vanguardistas. Su principal aporte a las vanguardias fue la liberación del poder expresivo del color. Los impresionistas aprendieron a manejar la pintura más libre y sueltamente, sin tratar de ocultar sus pinceladas fragmentadas, y la luz se fue convirtiendo en el gran factor unificador de la figura y el paisaje. Pero los pintores impresionistas eran artistas que ya no pretendieron ejercer con su arte una modificación radical en las costumbres de su época ni estaban comprometidos con la voluntad de un gran cambio social. Son la consecuencia del fracaso de las pretensiones de la revolución de 1830, la de 1848 y la Comuna de París. Las discusiones de los impresionistas fueron básicamente técnicas y su pintura puede considerarse una exacerbación del naturalismo a un punto tal que terminaría oponiéndose a los orígenes de aquél. El realismo de Courbet afirmaba que en la realidad encontraba la esperanza de un cambio, la potencia de los hombres reales, el movimiento de las fuerzas revolucionarias. Los impresionistas sustituyen las discusiones de contenido por las de la técnica, la luz, el objetivismo de la transcripción pictórica.
A finales de 1869 los principales pintores impresionistas ya se conocían bien unos a otros. Por entonces el café Guerbois, en la calle de Batignolles, cerca del taller de Édouard Manet (quien parece que por el momento era la personalidad dominante) se convirtió en el cuartel general de este círculo artístico. La actitud de solidaridad de los impresionistas a comienzos de los años 1870 se expresó de un modo muy revelador en algunos retratos de grupo, como el de Fantin-Latour (Taller en el barrio de Batignolles, 1870) o el de Bazille (El taller del artista en la rue de la Condamine, 1870).
Por primera vez, durante la guerra franco-prusiana los impresionistas tienen que separarse: Pierre-Auguste Renoir y Manet permanecieron en París, Bazille murió en el frente y Monet y Camille Pissarro coincidieron en Londres, donde conocieron a Paul Durand-Ruel, desde entonces el marchante del grupo. De hecho, en 1873 Durand-Ruel se mostraba ya lo bastante seguro de ellos como para preparar un catálogo completo con las existencias de su galería que no llegó a publicarse.

Expresionismo: fue una corriente pictórica que nació como movimiento a principios del siglo XX, entre 1905 y 1925, en Alemania y otros países centroeuropeos de ámbito germánico y austro-húngaro, ligado al fauvismo francés como arte expresivo y emocional que se opuso diametralmente al impresionismo. Se aglutinó en la década de 1910 en torno a dos grupos: Die Brücke (El puente) y Der Blaue Reiter (El jinete azul). Paralelamente desarrolló su actividad en Viena el grupo de la Secesión, que integraron entre otros Gustav Klimt, Oskar Kokoschka y Egon Schiele.
En los 1920 el expresionismo influyó sobre otras artes. El gabinete del Doctor Caligari (Robert Wiene, 1919) y Nosferatu, el vampiro (Friedrich Wilhelm Murnau, 1921) iniciaron el expresionismo cinematográfico, y los poetas Georg Trakl y Rainer Maria Rilke llevaron el movimiento al ámbito de la lírica.
Entre los principios de esta corriente artística se señalan: la reconstrucción de la realidad, la relación de la expresión literaria con las artes plásticas y la música y la expresión de la angustia del mundo y de la vida a través de novelas y dramas donde se habla de las limitantes sociales impuestas a la libertad del hombre. Pretende expresar filias y fobias del ser humano. Por lo tanto, no requiere de una buena técnica, ni de un resultado estéticamente bello.
Se enfrentaría básicamente como la teoría estética a las ideas realistas, a las viejas ideas impresionistas que habían aparecido en Europa en los últimos veinte años del siglo XIX, y plantearía que lo real no es fundamentalmente aquello que vemos en lo exterior, sino aquello que surge en nuestra interioridad cuando vemos, percibimos, intuimos o producimos algo.

Fauvismo: fue un movimiento de origen francés que se desarrolló entre 1904 y 1908, aproximadamente.
El importante Salón de Otoño de 1905 supuso la primera exhibición para el grupo cuyo objetivo era lingüísticamente la síntesis forma-color. No se buscaba la representación de los objetos inmersos en la luz solar, sino la de las imágenes más libres que resultaban de la superposición de colores equivalentes a dicha luz. En efecto, los fauvistas consideraban que mediante el color se podían expresar sentimientos. Henri Matisse fue uno de los mayores representantes de esta vanguardia.

Cubismo: nació en Francia en 1905. Sus principales rasgos son la asociación de elementos imposibles de concretar, desdoblamiento del autor, disposición gráfica de las palabras, sustitución de lo sentimental por el humor y la alegría y el retrato de la realidad a través de figuras geométricas. Los inspiradores del movimiento fueron Pablo Picasso y Georges Braque. Algunos de los principales maestros fueron Juan Gris, María Blanchard, Fernand Leger, Jean Metzinger y Albert Gleizes, pero con anterioridad Paul Cézanne ya habría marcado el camino.
Dentro de las técnicas usadas se encuentra el collage, y principalmente la descomposición de las imágenes en figuras geométricas para representar el objeto en su totalidad, incluidos todos sus planos, en la obra.
Tuvo dos etapas: un cubismo analítico, que buscaba la descomposición total del objeto, y un cubismo sintético, en el cual se descarta la perspectiva para representar todos los planos del objeto en la misma obra. En la poesía, su estilo más popular fue el caligrama, cuyo principal exponente fue Guillaume Apollinaire.

El futurismo: movimiento inicial de las corrientes de vanguardia artística, surgió en Milan, Italia, impulsado por el poeta italiano Filippo Tommaso Marinetti, quien recopiló y publicó los principios del futurismo en el manifiesto del 20 de febrero de 1909, en el diario Le Figaro de París. Al año siguiente, los artistas italianos Giacomo Balla, Umberto Boccioni, Carlo Carrà, Luigi Russolo y Mario Jordano firmaron el llamado Manifiesto del Futurismo.
Aunque tuvo una corta existencia, aproximadamente hasta 1944 -acabado con la muerte de Marinetti-, su influencia se aprecia en las obras de Marcel Duchamp, Fernand Léger y Robert Delaunay en París, así como en el constructivismo ruso. Los textos futuristas trajeron un nuevo mito: la máquina.
Sirva como síntesis una famosa frase de Marinetti: “Un automóvil de carreras es más hermoso que la Victoria de Samotracia”.
Este movimiento rompía con la tradición, el pasado y los signos convencionales de la historia del arte. Consideraba como elementos principales de la poesía el valor, la audacia y la revolución, ya que se pregonaba el movimiento agresivo, el insomnio febril, el paso gimnástico, el salto peligroso y la bofetada.
Según su manifiesto, sus postulados eran la exaltación de lo sensual, lo nacional y guerrero, la adoración de la máquina, el retrato de la realidad en movimiento, lo objetivo de lo literario y la disposición especial de lo escrito, con el fin de darle una expresión plástica. Rechazaba la estética tradicional e intentó ensalzar la vida contemporánea, basándose en sus dos temas dominantes: la máquina y el movimiento.

Dadaísmo: Surgió en Zúrich, Suiza, entre 1916 y 1922. Hugo Ball y Tristan Tzara se hicieron notar como fundadores y principales exponentes. El movimiento creció y rápidamente se extendió a Berlín y a París. Uno de los motivos que llevó al surgimiento de DADA fue la violencia extrema y la pérdida de sentido que trajo la Primera Guerra Mundial. Rebelándose contra el statu quo, las convenciones literarias y artísticas y rechazando las convenciones de la sociedad aburguesada -que consideraban egoísta y apática - los dadaístas hicieron de su arte un modus vivendi.
El poema dadaísta solía ser una sucesión de palabras y sonidos, lo que hace difícil encontrarle lógica. Se distinguió por una inclinación hacia lo incierto y a lo absurdo. Por su parte, el procedimiento dadaísta buscaba renovar la expresión mediante el empleo de materiales inusuales, o manejando planos de pensamientos antes no mezclables, con una tónica general de rebeldía o destrucción.
Posteriormente, nació el dadaísmo norteamericano en Nueva York con Francis Picabia y el francés Marcel Duchamp.

Ultraísmo: apareció en España entre 1919 y 1922 como reacción ante el modernismo.
Fue uno de los movimientos que más se proyectó en el mundo de habla hispana, contribuyendo al uso del verso libre, la proscripción de la anécdota y el desarrollo de la metáfora, que se convertiría en el principal centro expresivo.
Fue influido por poetas como Vicente Huidobro y Guillaume Apollinaire.

Surrealismo: Escisión del dadaísmo, cuyo principal representate fuera Tristán Tzara, el movimiento surrealista se organizó en Francia en la década de 1920 alrededor de André Bretón quien, inspirado en Sigmund Freud, se interesó por descubrir los mecanismos del inconsciente y sobrepasar lo real por medio de lo imaginario y lo irracional. De él y las veces en que lo conoció habló en "Los vasos comunicantes", título emblemático que se volvería metáfora de parte de su estética creadora, lo mismo que el automatismo o escritura automática, por la que experimentarían con el sueño y el espiritismo, buscando encontrar el arte puro, no contaminado por la conciencia.
Se caracterizó por pretender crear un individuo nuevo, recurrir a la crueldad y el humor negro con el fin de destruir todo matiz sentimental. A pesar de ser constructivo, los aspectos de la conducta moral humana y las manifestaciones no eran de su interés.
Consistía en la captación de la coincidencia-realidad surgida en un personaje, cuando vive un hecho que le provoca recuerdos recónditos.
Otros de sus principales representantes fueron Louis Aragon y Elsa Triolet.

Estridentismo: nació de la mezcla de varios ismos. Se dio entre 1922 y 1927 y se caracterizó por la modernidad, el cosmopolitismo y lo urbano, así como por el inconformismo, el humor negro, el esnobismo, lo irreverente y el rechazo a todo lo antiguo. Su antecedente inmediato fue el futurismo ruso. Entre sus representantes más importantes se cuenta a Germán Liszt Arzubide, Manuel Maples Arce y a Arqueles Vela.

Existencialismo: es un movimiento filosófico que postuló fundamentalmente que son los seres humanos, en forma individual, los que crean el significado y la esencia de sus vidas. Emergió como un movimiento en la literatura y filosofía del Siglo XX, heredera de los argumentos de filósofos como Sören Kierkegaard, Friederich Nietzsche y Miguel de Unamuno.
Este movimiento generalmente describe la ausencia de una fuerza trascendental; esto significa que el individuo es libre y, por ende, totalmente responsable de sus hechos, sin la presencia de una fuerza superior que pudiera determinarle en su actuar. Esto le atribuye a los humanos el crear una ética de responsabilidad individual, apartada de cualquier sistema de creencias externo a él. Esta articulación personal del ser es el único camino existente para superar, generalmente, a las religiones, que tratan del sufrimiento, la muerte y el fin del individuo.

Editado  por John Peter Rodríguez #22

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